martes, 7 de septiembre de 2010

Confraternidad de los Corazones Unidos de Jesús y María

La Confraternidad de los Corazones Unidos es una asociación piadosa de fieles que tiene como misión cumplir dos propósitos:

1.- Ayudar a sus miembros a vivir el Mensaje de Amor Santo y Divino como
respuesta al llamado a la santidad que va más allá de la salvación misma.

2.- Promover y difundir el camino a la santidad por medio de los Aposentos de los
Corazones Unidos de Jesús y María.


Como el llamado a la santidad y el Mensaje de Amor Santo y Divino es universal, la Confraternidad está abierta a todos los cristianos, clérigos y religiosos. Por consiguiente, la Confraternidad es, también, ecuménica.


Vídeo documental de la Apariciones de la Santísima Virgen


Ser un miembro simpatizante de la Confraternidad de los Corazones Unidos es ahora muy sencillo. Basta un movimiento de la libre voluntad para rezar la siguiente oración, lo cual dará el impulso para llevar una vida consagrada a la santidad personal por medio del Amor Santo. Hay otras prácticas piadosas que el alma puede hacer para conseguir esta santidad personal, las cuales están señaladas en la sección de Espiritualidad de este mismo sitio web.

Esta es la oración:

Santísima Trinidad, en unión con el Inmaculado Corazón de María, consagro mi corazón y mi vida a la meta de la santidad personal por medio de la devoción a Ustedes. Dedico cada pensamiento, palabra y obra a la práctica del Amor Santo en cada momento presente. Amén.

“Sepan y comprendan que la meta de la Confraternidad y Mi meta, también, es establecer en cada corazón un Aposento de Amor Santo. Mi victoria se acerca a medida que el corazón humano se transforma en un refugio de Amor Santo. Cada corazón que se transforma a través del Amor Santo se vuelve un santuario de paz en tiempos conflictivos, y en una parte de Mi victoria.” Jesús, 27 de Diciembre del 2002

Si al paso del tiempo se siente el llamado a ser miembro activo y servidor de la Confraternidad, se requiere cumplir lo mejor que se pueda con los siguientes lineamientos:

1. Ser Misionero Siervo del Amor Divino y vivir según la REGLA DE VIDA establecida. (Ver)

2. Separarse del mundo siguiendo el viaje espiritual a través de los Aposentos de los Corazones Unidos, teniendo el deseo de convertirse en un Misionero Siervo de los Corazones Unidos. (Ver)

3. Rezar dos Rosarios diariamente, siendo uno de ellos el ‘Rosario de la Confraternidad’. (Ver)

4. Rezar diariamente por los No Nacidos.

5. Conocer, practicar y orar diariamente por la perfección de las virtudes, especialmente por la humildad y la confianza.

6. Rezar diariamente las siguientes oraciones: (Ver) (versión para imprimir)

- la Consagración a la Llama del Amor Santo.
- la Consagración Matutina al Espíritu Santo.
- la Consagración al Amor Divino.
- la Consagración a los Corazones Unidos.
- la Consagración a la Divina Voluntad.
- la Oración por la Santificación Personal.
- la Oración a la Preciosa Sangre. También se recomienda rezar la Devoción a la Preciosa Sangre como
una herramienta para perfeccionar el alma y profundizar en los Aposentos.
- la Corona de la Divina Misericordia.
- la Corona de los Corazones Unidos por los miembros vivos y difuntos de la Confraternidad.
- la Oración por los Sacerdotes, y rezar especialmente por el Santo Padre.

7. Realizar obras de misericordia corporales o espirituales. Una de las obras espirituales puede ser la propagación de la misma Confraternidad. (Ver)

8. Usar el Escapulario o Medalla de los Corazones Unidos (Ver), y el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen.

9. Propagar las Bendiciones de los Corazones Unidos. (Ver)

10. Consagrar las familias a los Corazones Unidos. (Ver)

11. Formar un Aposento de Oración. (Ver)

12. Leer la vida de los Santos, en especial la vida de los Santos Patronos de la Confraternidad.

- San José
- San Juan-María Vianney
- San Pío de Pietrelcina
- Santa Margarita María Alacoque
- San Juan Eudes
- Santa Teresita
- San Miguel Arcángel
- Santa Gertrudis la Grande
- Beato Francisco Marto
- Beata Jacinta Marto

Por último, se recomienda hacer una Novena al Espíritu Santo en Pentecostés, y realizar también la Consagración Total a Jesús a través de María, de San Luis Ma. Grignion de Montfort, y renovarla cada año.

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